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Llevar el barco a buen puerto.

By diciembre 5, 2019No Comments

Reflexión acerca de la posible recesión por Javier Campos Vice President and Managing Director Latinamerica Wadhwani Foundation.

En los últimos días escuchamos constantemente la palabra “recesión” y ésta palabra genera en
nosotros distintas inquietudes; ¿Se nos está alertando? ¿Qué implica una recesión? ¿Qué debemos
hacer o qué actitud debemos tomar?

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha anunciado en
su último reporte que la posibilidad de recesión mundial hacia el 2020 es un peligro latente.
Actualmente estamos viviendo un momento de clara lentitud económica que puede convertirse en
una “recesión”, es decir, una inesperada desaceleración en el movimiento económico cuyas
implicaciones serían la falta de empleos, y la baja de salarios a nivel mundial.

Como medidas para aliviar un poco este efecto, el mismo organismo ha recomendado a los bancos
dejar de poner atención en las acciones, intereses e inversiones; sin embargo es en la creación de
empleos, la inversión pública y la mejoría en las condiciones de los trabajadores donde se puede poner
la mira y con ello suavizar el efecto de la contracción económica.

Dicho así, estos suelen ser datos que más allá de cualquier teoría económica en la cotidianidad lo que
esta información nos genera es preocupación.

Sin embargo sería interesante poner algunos datos sobre la mesa que pueden ser además de
interesantes, darnos un poco de luz sobre esta situación que como cada cuestión difícil, siempre puede
ser un área de oportunidad.

El Fondo Monetario Internacional, en un análisis de crisis económicas mundiales menciona un
elemento que es el que nos interesa y que habríamos de tomar como una oportunidad interesante dado
el lugar en el que nos colocamos en este momento de coyuntura económica global.

En el artículo titulado “Solución y prevención de las crisis financieras: el papel del sector privado”
esta institución menciona que son las corrientes internacionales de capital, es decir, el flujo de capital
entre naciones, lo que podría crear un margen económico de posibilidad pues al no frenarse el
intercambio de recursos, la economía continúa en movimiento; es precisamente la figura de la
“empresa privada” la que puede mantener el barco a flote gracias a esta posibilidad de reciprocidad.

En un artículo pasado, “Evolución”, concluíamos que la “colaboración” ha sido desde el principio de
los tiempos una de las características de supervivencia que han hecho que sea precisamente el ser
humano el más hábil para sobrevivir en un contexto lleno de cambios.

En momentos como éste, en los cuales la historia de la economía y la historia del mundo dan un giro
de 180 grados, y con la conciencia de que no sabemos exactamente a dónde nos llevaría la tormenta
que pudiese acercarse, lo único seguro es que la interacción de capital interior y exterior, así como la
cohesión de los grupos de trabajo dentro de las distintas empresas, que habrán de trabajar de manera
cooperativa para obtener un objetivo común, serán la clave no sólo del éxito individual, sino del éxito
colectivo que será la única posibilidad de atravesar la tormenta y llegar a buen puerto en un barco en
el cual cada uno de nosotros tiene su función y su tarea, en la misión de salir bien librados de los
distintos climas atmosféricos de este mundo del cual seguimos aprendiendo todos juntos.

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