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Los liderazgos no siempre coinciden con el organigrama

By diciembre 20, 2019No Comments

Dirigir personas es un arte. También existe la confusión de que las personas que
tienen el encargo de hacer cabeza en equipos de trabajo son líderes, pero no
siempre sucede así. Los jefes, desafortunadamente no siempre son los líderes de la
organización, y existen líderes en todos los niveles jerárquicos. Por esa razón en
ocasiones los liderazgos reales no tienen nada que ver con el organigrama.

En la organización del siglo XXI, que se mueve en ambientes de tanta incertidumbre
a una gran velocidad se requiere de un liderazgo que sea capaz de transformar a
otros inspirando para que ellos mismos promuevan su propia transformación.

Hoy estamos seguros de que no pueden existir organizaciones innovadoras sin
personas innovadoras, y no habrá innovación sino existe un liderazgo capaz de
transformar, sin capaz de inspirar. Nada más dañino para la organización que una
jerarquía que no inspire, cabezas que están pensando más en cuidar el status quo y
en controlar sus miedos que en servir a sus clientes y generar valor. Esos jefes son
más bien continuadores de las inercias que promotores del cambio y del
crecimiento.

La capacidad de liderazgo va directamente relacionada con la capacidad de influir,
de transformar positivamente, de mover a la acción, de ilusionar para transformar la
realidad. Esa capacidad de influir es la que lleva a las personas a ponerse metas y a
intentar cumplirlas con el esfuerzo continuado, el mismo que desemboca en la
adquisición de hábitos y que culmina en hacernos mejor personas.

Un líder que transforma tiene tres tareas básicas:
– Definir la estrategia, proponer sus ajustes y asegurarse de su cumplimiento
– Desarrollar a las personas de su equipo
– Vigilar la eficacia de la operación

La estrategia no se limita a realizar un ejercicio de planeación estratégica
anualmente, se trata de revisar periódicamente que las metas se vayan cumpliendo
y obliga a mantener la mirada en el cliente para pivotear cada que sea necesario.

Desarrollar a las personas permitirá justamente influir positivamente en ellas, no
sólo para facilitar el cumplimiento de las metas de la organización sino para
ayudarlos a ser mejores personas, si se busca con sinceridad que todos en la vayan
mejorando en todos los aspectos de su vida se logrará una comunidad de trabajo en
la que la colaboración y la confianza serán pilares de la convivencia.

Para ser estratégico es necesario tomar distancia de la operación, de otra forma se
dejarán las decisiones a gestores venidos a más con resultados mediocres y no a
líderes inspiradores que podrán transformar a las organizaciones.

Por Jorge Peralta

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